Revalorizar como meta

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Recapitulando conceptos dichos anteriormente en otras entradas, la revalorización del inmueble supone aumentar su valor pese a no ser de obra nueva. Esto se debe a diferentes factores, entre los que destacamos, un correcto estado del mismo y una eficiencia térmica la cual repercutirá en la factura de la luz. 

Una vivienda es una inversión. Tanto propia como para terceros, si nuestra idea es alquilar o vender. No se trata sólo de amueblarla y certificar su habitabilidad. Hablamos de otras cualidades que, poniéndonos en la situación de querer venderla o alquilarla, se tienen en cuenta. Tengamos presente la alta y diversa oferta a la que nos enfrentamos. 

Lánzate a reformar

Hacerse con un inmueble antiguo proporciona la ventaja de jugar con la creatividad. Querer cambiar la distribución, abrir espacios, diferenciar estancias… está a golpe de martillo. 

El atractivo buscado a la hora de cambiar de vivienda se fundamenta en encontrar sensaciones diferentes. En este caso, reformar pretende aumentar el valor de cada uno de los espacios, proporcionando más amplitud y aprovechamiento de cada metro cuadrado.

Ahorro

Un mal aislamiento provoca una mala regulación de la temperatura, lo que conlleva un derroche de energía repercutido en la factura de la luz. Por otro lado, contaminación acústica sentida dentro e la vivienda.

En el momento de elegir, cada vez son más los que tienen en cuenta aspectos ambientales. Cambios tales como:

  • Tipo de caldera
  • Formas de iluminación
  • Instalación de paneles solares

Amor a primera vista

Y es que, a todos nos ha pasado alguna vez; amor a primera vista. La primera impresión, el flechazo inexplicable… con una vivienda; es posible.

Y se trata de cuidar aquellos aspectos que sirvan para potenciar el espacio del que disponemos, como por ejemplo:

  • Luminosidad
  • Orden 
  • Limpieza
  • Muebles de almacenaje 
  • Colores alegres y frescos

Así mismo, determinados aspectos estructurales son también «puntos» para el vendedor que marcan la diferencia con otros inmuebles. Por citar algunos ejemplos:

  • Recién pintado
  • Puertas en buen estado
  • Puerta principal blindada
  • Aislamiento
  • Doble acristalamiento
  • Sistema eléctrico revisado
  • Espacios húmedos revisados y acondicionados

En definitiva, la revalorización del inmueble es cuestión de pequeños detalles. Alargar la vida útil del espacio, conseguir diferenciarnos en un mercado competitivo y fuerte, otorgarle valor a lo comprado y superar las expectativas puestas en un inicio.

Se trata de crear un espacio tan agradable, que cumpla tus propias exigencias. Esto, visto desde otro punto de vista, denota cuidado, dedicación y compromiso. 

Con los consejos expuestos, conseguirás rentabilizar, revalorizar, singularizar tu espacio y, por si fuera poco a la larga, conseguir ahorro. 

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