Evita la aparición de puentes térmicos en el edificio, por lo que la inercia térmica del edificio mejora. En consecuencia, mejora la habitabilidad y el confort térmico dentro del edificio.
Realizar un aislamiento térmico en la fachada con este sistema, mejora el ahorro económico y energético. La ventaja que proporciona es la reducción de las pérdidas de energía que se producen a través de la fachada del edificio.
El sistema se basa en la combinación de diferentes materiales, como la instalación de planchas de poliestireno expandido o lana mineral en el grosor elegido. Se anclan las placas, se sellan y refuerzan las ventanas. Se revisten las planchas de aislamiento con malla de fibra de vidrio.