Imagina que, cuando la movilidad lo permita y podamos tener una vida mas o menos normalizada, organizas tus vacaciones. Salir, despertarte en una cama y lugar diferentes. El tiempo que te mereces, por fin ha llegado.
Imagina otra situación. Viajas por trabajo y, volver a tu hotel está entre tus cosas preferidas en ese momento.
La reserva la has hecho a distancia y sin referencias. O, simplemente, era lo que se acoplaba a tu presupuesto. Era el más cercano al destino de tu viaje. Infinidad de motivos que te pueden llevar a escoger uno y otro.
Pongámonos en el otro extremo. Consigues ser propietario de un hostal después de mucho esfuerzo y estudio. O, por fin consigues ser la gerente de una gran cadena hotelera.